Las actuales baterías de litio nos hacen olvidar mitos del pasado relacionados con las pilas y baterías de nuestros dispositivos

Hablar de pilas no es exactamente lo mismo que hablar de baterías, al menos en nuestro idioma. Aunque de forma coloquial hay quien puede referirse a los vehículos eléctricos como “coches a pilas”, lo correcto es utilizar la palabra batería. Ese profundo arraigo en nuestro lenguaje del término pila quizá sea en parte responsable de que puedan no tenerse del todo claras algunas de las propiedades de las baterías de litio, sobre todo en lo que se refiere a la recarga de baterías.

Hablamos de mitos y leyendas urbanas que se han extendido en torno al correcto uso y mantenimiento de las baterías. Por ejemplo, ¿quién no ha dudado sobre qué ocurre a la batería si se interrumpe la recarga antes de alcanzar el 100% de su almacenamiento? No es extraño que nos hagamos la misma pregunta aplicada al coche eléctrico.

Para empezar, las características óptimas de la recarga de baterías en general dependen de forma fundamental del tipo de baterías. Para el caso de las baterías de iones de litio de los coches eléctricos, los avances tecnológicos en la química de las baterías han permitido hacer más sencillo el proceso para los conductores.

Al mismo tiempo, se ha aumentado de forma ostensible su vida útil. Estos avances no han convertido a las baterías en fuentes de energía eléctrica inagotables, pero sí que han contribuido a implementar la eficiencia de los coches eléctricos de forma increíble. Por ejemplo, se ha conseguido aumentar el número de ciclos y paliar la influencia de los cambios de temperatura.

De este modo, los anteriores consejos que podrían habernos dado con respecto a la recarga han quedado obsoletos para las baterías de litio. Vamos a repasar algunos de los mitos más destacados:

La primera recarga de la batería ha de durar “mucho”

Uno de los mitos más extendidos es el que nos insta a dejar cargando un dispositivo nuevo en su estreno toda la noche. Es herencia directa de las baterías de Níquel-Cadmio (Ni-Cd). El mito procede del hecho de que esas baterías fuesen “perezosas” y no adquiriesen su máxima capacidad ni entregasen su máxima corriente hasta no completar varios ciclos de recarga.

Para el caso de las baterías de litio, y en concreto las de coches eléctricos, hemos de confiar en el indicador de carga, primera recarga incluida.

Es mejor tener la batería descargada si no vamos a usar el coche

El mantenimiento de la batería para el caso de las baterías de iones de litio no incluye forzar su descarga para los casos que no vayamos a utilizarlas durante un periodo de tiempo largo. De hecho, si lo hacemos comprometemos la química de la misma. Del mismo modo, tampoco es necesaria una carga al 100% para esta situación.

Pila níquel cadmio

La recomendación es que la batería quede en torno al 40% de su capacidad y que no esté expuesta a temperaturas extremas, sobre todo en lo que se refiere al calor. La descarga por unidad de tiempo es menor para las baterías de litio, calculándose en torno al 6% cada 30 días.

Es perjudicial dejar el coche enchufado terminada la recarga

Si esto fuera así, sería un gran problema en relación con la autonomía de los coches eléctricos y la recarga de baterías. Los conductores tendríamos que estar pendientes en todo momento para saber cuándo se alcanza el 100% de la carga.

Por eso, una vez la recarga del vehículo ha finalizado, el punto de recarga detiene su actividad. La batería cuentan con un circuito que corta el flujo de energía cuando la recarga se ha completado. Que el coche siga enchufado no supone ningún problema. Del mismo modo, no es necesario que alcancemos el 100% de la capacidad de la batería en cada ciclo, lo que nos permite enlazar con el siguiente mito.

La recarga de baterías ha de ser al 100%

No es necesario cargar el vehículo eléctrico del todo para conducirlo. Esto está directamente relacionado con el llamado efecto memoria de las pilas y baterías de anteriores generaciones. Este fenómeno que reducía la capacidad de las baterías si se producían cargas incompletas. Se puede decir que la memoria jugaba una mala pasada a la batería, imponiendo un techo máximo a la carga, lastrando su capacidad energética originaria.

Por tanto, la batería no sufre daños si no completamos la carga al 100% o, por ejemplo, la dejamos a media carga. Esto posibilita, además, que las baterías tengan una segunda vida a través de su reciclado.

Hay que apurar la carga todo lo que podamos

Como hemos mencionado, la descarga completa de las baterías de litio no es aconsejable. Puede acarrear ciertos riesgos. Debemos alejarnos del mito de que nuestra batería gozará de una mejor vida útil si apuramos cada ciclo al máximo. Agotar al 100% la carga de la batería de forma continuada puede acortar su vida útil.

Sin embargo, no tenemos por qué preocuparnos en exceso por que hablamos de casos extremos en los que la descarga es total, algo que es muy complicado que ocurra con nuestro coche eléctrico.

Las baterías explotan

No, las baterías no explotan. Es cierto que las reacciones químicas que se producen en las mismas pueden provocar que se eleve la temperatura. Esto llevado a un extremo podría ocasionar que se incendien. Sin embargo, esta posibilidad no es un factor de riesgo, si por ejemplo la comparáramos con lo inflamable que resulta el combustible en un coche térmico.

Las baterías de iones de litio incorporan circuitos electrónicos de protección que controlan en todo momento el estado de la batería para alertarnos de posibles problemas, como los derivados del aumento de la temperatura. Ni las baterías, ni los coches eléctricos que las montan, tienen una “tendencia especial a explotar”.

Más allá de estos mitos, la temperatura sí que afecta al comportamiento de la batería. Los cambios en la temperatura ambiente provocan que la autonomía de los coches eléctricos pueda variar. El motivo no es otro que el impacto de los mismos en la batería. Lo ideal sería no someterla a temperaturas extremas en frío por debajo de los 5ºC.

Es también algo que tener presente a la hora de recargar. En cualquier caso, la actual tecnología de baterías de coches eléctricos ha rebajado ese impacto para librarnos de esta preocupación y que nos centremos en disfrutar de la conducción eléctrica.

Fuente: Corriente Eléctrica | Renault