BMW lidera el proyecto FastCharge, mediante el cual se está desarrollando una tecnología que permitirá triplicar la velocidad de recarga máxima que tenemos hoy en día.

El tiempo de carga de los vehículos eléctricos depende principalmente de la corriente y la tensión: cuanto mayor sea el voltaje y el amperaje, más rápido se puede recargar la batería. Sin embargo, la aplicación de este principio en la vida real está limitada por diversos factores. Por esta razón, el proyecto FastCharge se enfoca en el estudio de los límites técnicos y físicos de todos los componentes y sistemas involucrados en la carga, tanto a nivel del vehículo como de la infraestructura. Según ha hecho público BMW, líder del proyecto, el avance tecnológico de FastCharge permitirá triplicar la velocidad de recarga máxima que tenemos hoy en día.

En julio de 2016, diversas empresas industriales involucradas en el proyecto de investigación FastCharge comenzaron a estudiar los vehículos eléctricos y su infraestructura asociada, para acto seguido construir sus propios prototipos con la finalidad de obtener tiempos de carga significativamente más cortos. Los participantes del proyecto de tres años son Allego, BMW Group como líder del consorcio, Phoenix Contact E-Mobility, Porsche y Siemens. Por su parte, el Ministerio Federal de Transportes e Infraestructura Digital de Alemania ha apoyado el proyecto de investigación con una dotación de 7,8 millones de euros.

La capacidad de carga anticipada por el proyecto FastCharge es de hasta 450 kilovatios, tres veces la capacidad de carga máxima disponible en las estaciones de hoy en día. Esto se consigue mediante la combinación de una tensión de 900 voltios y una intensidad de 500 amperios. De este modo se consigue un tiempo de carga proyectado de menos de 15 minutos, aunque esto presente un gran desafío para todos los componentes involucrados. En consecuencia, está previsto enfriar los cables de carga, los enchufes y las tomas de corriente del vehículo durante el proceso de carga, lo que permitirá el uso de cables más flexibles y con diámetros más pequeños, lo que facilitará su manipulación.

Para hacer realidad esta solución, FastCharge utiliza los enchufes y las normas del Sistema Combinado de Carga (CCS), que ya ha resistido pruebas diarias con los coches eléctricos de producción en serie que encontraríamos en la actualidad en cualquier concesionario. Así pues, los vehículos de menor capacidad energética en el proceso de carga también son compatibles con este sistema. Para terminar de agilizar todas las fases del proceso de recarga de un vehículo eléctrico, el proyecto también investiga los requisitos previos y los procesos para la operación de los sistemas de carga ultrarrápida, incluido un sistema automatizado de registro y facturación para los clientes que lo utilicen.

Fuente: HibridosyElectricos